Gracias a esta aptitud, un día por
contactos...lo que se suele decir un enchufe, me
llegó el PROYECTO, a mí, con mis ventipocos años, me lo ponían delante y
naturalmente no iba a decir que no. El resultado fue increíble, en poco tiempo,
mis dotes comerciales elevadas a la gestión de personas, realmente en Body
Shopping esa es nuestra función, conseguimos, perdón no voy pecar de falsa modestia,
conseguí generar una estructura de más de 300 personas, que dependían de mí. ¿Te
imaginas?, menudo subidón...ahhh y el dinerito que suponía.
Mi carrera siguió por esos
derroteros, éxito tras éxito, año tras año, hasta que un día...bueno ese día es el día en el
que te das cuenta de que algo ha cambiado...nuestra intrahistoria, es como la
historia gorda, la de reyes, fechas y batallas...nada surge de un día para
otro, lo que sucede hoy se asienta en hechos acontecidos en los meses, o
incluso años anteriores...en mi caso, sí hubo un día que me di cuenta. Estaba a
punto de irme a trabajar, seguía mi rutina diaria que siempre concluía en una
revisión general ante el espejo de mi recibidor...y entonces, surgió como una
puñada, desde lo más profundo de mi ser, "ostras Amaia ya no eres tan
mona"...es normal, envejecemos, ganamos en experiencia, conocimientos, pero la
plenitud de nuestro físico es inversamente proporcional a esas
ganancias...todas estas elucubraciones se hubieran quedado en nada, si no
hubiera sido porque en la tranquilidad de mi despacho, mi nuevo despacho, desde mi ventanal con semejantes vistas, esto también es un éxito, me
decía queriendo, quizá engañarme...que seguía siendo una
profesional valorada, pero ya no les resultaba tan graciosa...ya no era esa
niña mona, con mala leche, capaz de mantenerlos a raya, sino una mujer madura, mama ya en 2 ocasiones, con
algunos kilitos de mas...
La conclusión fue doblemente terrible, por un lado me
afectó en el corto plazo, los puestos, a pesar de que los éxitos se mantenían,
cada vez duraban menos, quizá fuera porque ya no les servía de florero. Una vez
que tenían la agenda de Amaia y la estructura montada les sobraba. Pero lo
que realmente me afectó, iba mucho más allá del momento, se remontaba casi 20
años atrás, ¿mi carrera se había asentado en mi atractivo físico?, ¿sin él nunca hubiera tenido estas oportunidades?...son preguntas que me atormentan desde entonces, no estoy siendo justa conmigo, es posible, ya que no dejamos de ser
una suma de características, y el físico es una de ellas. Pero...¿cuántas
mujeres por ser menos monas, mas gorditas...se han quedado, se quedan y se quedaran en el camino?
Este techo es todavía mas duro e invisible, porque está abajo, en el comienzo de las vidas
profesionales, donde no hay focos…y si muchas manos